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El autocontrol en las glucemias.
Introducido a finales de los años setenta, es probablemente el elemento que ha tenido más trascendencia para el progreso en el tratamiento de la diabetes después del descubrimiento de la insulina. Actualmente, las personas con diabetes pueden disponer de una amplia gama de medidores de glucemia, bajos de precio, cómodos y de manejo sencillísimo. No se trata de aparatos de precisión. Por ello no deben utilizarse con fines diagnósticos. Pero disponen de un grado de fiabilidad suficiente para proporcionar un conocimiento práctico, continuado y con suficiente valor clínico, de las oscilaciones de la glucemia. Sus imprecisiones tienen poco transcendencia práctica cuando lo que se pretende no es conseguir un conocimiento muy puntual y exacto, sino la marcha cotidiana de las evoluciones glucémicas.
¿Por qué se da tanta importancia al valor de la hemoglobina glucosilada?
La importancia de este dato se ha acrecentado mucho con los estudios que han permitido conocer la relación entre sus resultados y las complicaciones propias de la diabetes. Se ha comprobado que aquellas personas con diabetes en las que los resultados de las determinaciones de la hemoglobina suelen ser habitualmente bajos difícilmente tienen complicaciones, o si tienen alguna, por lo general no progresa; muy al contrario de lo que sucede en personas cuyos resultados son usualmente altos, en los que las probabilidades de aparición de complicaciones o de empeoramiento de las ya existentes son muy altas. Por ello la Hb-A1c es un gran marcador de las probabilidades de padecer complicaciones específicas de la diabetes y, por la misma razón de la calidad del tratamiento de la diabetes. Mantener sus resultados lo más bajos posible se ha convertido lógicamente en un objetivo para el tratamiento. Y precisamente una meta de la máxima importancia.
¿Cuáles son los valores recomendables?
Las personas que no tienen diabetes no suelen pasar del 5,5%. Entre la población con diabetes un resultado de este tipo sólo se consigue en general en formas muy leves de diabetes tipo 2 muy bien corregidas. Valorando los datos suministrados por las estadísticas en cuanto a la relación de estas cifras y la frecuencia de complicaciones, se pude afirmar que son resultados de la Hb-A1c que no superen el 7,5% han de considerarse buenos. Un importante incremento de la frecuencia de las complicaciones se detecta a partir de 8.2%. Pero los malos resultados hay que esperarlos cuando se supera el 9%. Estos datos se refieren a la diabetes tipo 1. Los datos estadísticos referidos a la tipo 2 parecen indicar que en esta forma habría que ser más exigente y el mejor objetivo sería no superar el 7%. Hay que tener en cuenta que existen pequeñas diferencias en el criterio de normalidad, y por tanto en el valor de las cifras mencionadas, según haya sido la técnica de laboratorio utilizada.
