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Consideramos que un buen tratamiento es aquel que consigue buenos resultados. Y en diabetes, por buenos resultados entendemos la consecución de los siguientes objetivos:
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Eliminar las situaciones de descompensación metabólica cetoacidótica o hiperglucemia grave. En otras palabras: la posibilidad de caer en coma diabético debe quedar plenamente descartada.
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Reducir al mínimo las situaciones de hipoglucemia, asegurando además que las que se presenten de forma inevitable puedan ser corregidas de manera más rápida y eficaz posible.
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Evitar o retrasar al máximo o reducir a la más mínima expresión clínica las complicaciones específicas de la diabetes.
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Conseguir todos estos objetivos con la más implica calidad de vida posible y sin que las exigencias del tratamiento impidan la realización profesional, social e individual de la persona afectada.